SEDI

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Bendición de la Caá Porá. Que el legado guaraní de la yerba mate vuelva a ser de los pueblos guaraníes

El pasado 11 de octubre, en la víspera de la conmemoración del último día de libertad de los pueblos indígenas de América, visitamos a la Comunidad Mbyá Guaraní Perutí, en El Alcázar, Misiones. En esta oportunidad, se sumaron a la delegación de SEDi su Directora, Pilar Cancelo, el Pastor Iván Vivas (Vicepresidente de la IELU y Presidente de SEDi), el Pastor Leonardo Schindler (Presidente de la IERP), Nicolás Rosenthal (Director de la Fundación Protestante Hora de Obrar), y otros integrantes de los equipos de las instituciones. También amigos y amigas voluntarias de la comunidad.

Al llegar, nos esperaba Laura Villalba, secretaria de la Cooperativa Yerbatera en formación, junto a su hija, Celene Cabrera, futbolista y escritora. Celene es, también, una de las mujeres retratadas y homenajeadas en la Agenda MUJERES POLINIZADORAS 2026 de SEDi. Comenzamos la visita recorriendo una parte central del Tekoa (aldea), donde se ubican las escuelas primaria y secundaria, y el salón comunitario. Luego caminamos por senderos que conducen a las viviendas familiares, atravesando yerbales, pastizales y montes. Pudimos ver cómo los yerbales se integran plenamente a la vida de la comunidad: están contiguos a las viviendas, son su lugar de paso y donde juegan los niños y niñas. También observamos los pequeños árboles nativos recién plantados, entregados en el marco de la articulación con el Programa de Reforestación de la Fundación Hora de Obrar. Esta reforestación apuesta a profundizar el modelo agroecológico de producción yerbatera de Perutí, incorporando el cultivo bajo cubierta.

Luego del recorrido, volvimos a los vehículos para dirigirnos a otro sector del territorio de la Comunidad Perutí, a la vera del arroyo Paranay, con menos viviendas y rodeado de monte nativo. Conducidos por el Mburuvichá segundo (líder político), los varones avanzaron por el camino, mientras Laura hacía lo propio con las mujeres. En un claro en el monte nos recibieron en una gran ronda unas cincuenta personas, entre niños, niñas, jóvenes, ancianos y ancianas. Saludamos uno a uno con el tradicional Aguyjevete, un agradecimiento profundo y verdadero que, en la cosmovisión mbyá guaraní, es una expresión espiritual que reconoce la interconexión entre las personas, la naturaleza y lo sagrado. Aguyjevete expresa no solo gratitud personal, sino también reconocimiento y respeto hacia el otro ser —humano, animal, planta o espíritu— por su existencia y su energía compartida.

Una a una fueron tomando la palabra las autoridades de la comunidad: Bernardino Cabrera, Verá Heriberto Villalba y el Mburuvichá Cristian Cabrera, dando la bienvenida a los y las visitantes. Escuchamos al coro de niños y niñas, con sus canciones y rezos acompañados por los instrumentos Mbaraká, Takuapú y Mbaraka Guasú.

El momento más significativo se dio cuando, en una ronda más pequeña, recibimos y pasamos mano a mano una vasija con yerba humeante, traída por Paola Benítez, la Opyguá (lideresa espiritual), junto al Tatá Chiná (fuego sagrado): fue el momento de la bendición de la Caá Porá -yerba– A continuación, mujeres jóvenes de la comunidad nos obsequiaron ramas de yerba, explicando su significado: madre tierra, alimento, medicina, espiritualidad. También nos contaron cómo es la ceremonia en la que se otorga el nombre a los niños y niñas, donde la yerba es un elemento sagrado desde la ancestralidad.

Por último, visitamos el mirador del arroyo Paranay y conocimos sus productos artesanales en cestería y madera, además del paquete promocional de la yerba Perutí de cosecha propia.

Nos despedimos con abrazos, tortas fritas y el compromiso renovado con este sueño de la yerba propia: que el legado guaraní de la yerba mate vuelva a ser de los pueblos guaraníes.